Cristina Fernández nunca quiso en el Gabinete a Marcela Losardo como ministra de Justicia. CFK pretende que el Poder Judicial se rinda, que entierre las evidencias de corrupción en su contra y que declare su inocencia en todas las causas que llevan su nombre en la carátula del expediente.
Losardo jamás empujó ese trabajo sucio en Comodoro Py y en la Corte Suprema. Y nunca puso en su discurso la palabra Lawfare, el atajo dialéctico que utiliza el kirchnerismo duro para batallar contra las pruebas que llevaron a la vicepresidente al procesamiento en las causas de Obra Pública, Los Sauces y Hotesur.
El 9 de diciembre de 2019, Cristina posteó en su cuenta de Facebook que había «funcionarios que no funcionan». La alusión incluía a Losardo, y su decisión política de mantener un relación institucional con el Poder Judicial. Desde ese momento, el kirchnerismo avanzó contra Losardo, que era sostenida por Alberto Fernández.
La resistencia duró un poco más de tres meses. La ministra cayó. Y asumirá Martín Soria, un diputado que predica el Lawfare y se pintó la cara para enfrentar al Poder Judicial.
Ya hay ruido de tambores. Será una batalla sin final.