Barack Obama retiró a los observadores americanos en Siria y delimitó la ayuda logística y financiera a la resistencia contra Bashar al Assad, tras asumir que podía quedar atrapado en un pantano geopolítico con fuertes reminiscencias a la Guerra de Vietnam. Y esa retirada estratégica de la Casa Blanca, abrió un nuevo escenario bélico que alineó a Rusia, Irán y Siria en una poderosa troika que cambió el mapa de poder en Medio Oriente. Sobre la tragedia de Aleppo y la eliminación física de la resistencia a Al Assad, una entente militar y religiosa comandada por Moscú y Teherán ya pone en jaque a Israel y Arabia Saudita, que aguardan agazapados y defenderán su influencia regional hasta la última gota de sangre.

Vladimir Putin siempre respaldó a la dictadura siria y aprovechó la oportunidad cuando Obama creó un vacío de poder con su retirada de la guerra civil que enfrentaba a rebeldes con las tropas oficiales y grupos de tareas de Al Assad. Putin tiene en Siria su salida al Mediterráneo en el puerto de Tartus, y jamás iba a permitir que un triunfo rebelde pusiera en peligro esa posición naval estratégica. Por eso, el Kremlin apoya sin límites a Damasco y rechazó todos los cuestionamientos diplomáticos que se hicieron en la Unión Europea y las Naciones Unidas. La batalla de Aleppo fue una carnicería y la comunidad internacional fracasó en sus gestiones humanitarias ante la reticencia rusa de revisar las operaciones militares ejecutadas por los soldados de Al Assad.

Irán también colaboró con tropas, inteligencia militar, logística y financiamiento para derrotar a la resistencia y obtener un triunfo táctico que lo transforma en un jugador clave en Medio Oriente. Desde ahora, el régimen de Teherán tiene una influencia decisiva y acordará su estrategia diplomática regional con Rusia. En este contexto, la situación es paradojal: Irán desmantela su programa nuclear y recibe de Occidente ventajas económicas y financieras, mientras negocia con Putin un acuerdo militar para ocupar el vacio que dejó Obama por temor a quedar atascado en una guerra sucia sin salida posible.

En la antigua Persia, el ajedrez es asumido como una ciencia exacta.