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Volvieron los Gordos

Volvieron los Gordos

Notas

Hay ajuste e inflación, aumentaron las tarifas y el sueldo no alcanza, si aún tenes trabajo. Este escenario económico justifica una marcha hasta la Casa Rosada, una ola de tuits, un posteo en Facebook o un acto frente a las escalinatas del Congreso Nacional. La protesta social es una herramienta legítima cuando se considera que el gobierno no atiende la situación de los trabajadores y concentra su atención en otros intereses políticos.

Pero la movilización en contra del ajuste pone al frente de las columnas a jerarcas sindicales que siempre utilizaron las necesidades de los trabajadores para construir poder propio y fortuna personal. Son dirigentes que se apalancan sobre los reclamos sociales y después juegan la propia cuando nadie los ve.

Gerardo Moyano fue un protagonista clave del control social que montó Néstor Kirchner. Poco le importó que el expresidente multiplicara su patrimonio y avanzara sobre los medios de comunicación. Moyano tenía su coto de caza, que Kirchner ampliaba todos los años, y un día saltó a la oposición cuando Cristina vetó su voracidad política.

Antonio Caló jugó al lado de CFK, y quebró la CGT en medio de una crisis social que lastraba los aumentos salariales. Caló fue funcional a Cristina y cerró los ojos mientras se conocían los casos de corrupción que protagonizaban las principales figuras de la última administración peronista.

Luis Barrionuevo no puede justificar su patrimonio y nunca dudó en aliarse con el poder de turno para preservar sus intereses personales. Su oposición a Cristina fue una coartada destinada a sostener su propia central obrera. Desde Carlos Menem que amaga por izquierda y siempre juega por derecha.

Hugo Yasky rompió la CTA, se exhibió al lado de CFK y defendió un discurso que intentaba esconder las políticas públicas que empujó la expresidente. Ahora, trata de reconstruir junto a Pablo Micheli la central de trabajadores que pudo ser una alternativa ideológica a la CGT de Moyano, Caló y Barrionuevo. Para Yasky es tarde: los trabajadores saben qué hizo cuando Cristina escondía los datos de pobreza y desocupación.

Moyano, Caló, Barrionuevo y Yasky. Vandor, Rucci, Miguel, Triaca.

Pocas cosas cambian en la Argentina.